¿Qué son los gastos financieros en una empresa?
Si estás iniciando un negocio, seguramente te has topado con un montón de terminología desconocida. Entre balances y presupuestos, hay un concepto clave que necesitas dominar: los gastos financieros. Este término puede parecer un poco redundante, pero, en realidad, se refiere a un aspecto crucial de la gestión económica que va más allá de los gastos operativos cotidianos. Comprender los gastos financieros te permitirá manejar mejor tus recursos y optimizar tu estrategia empresarial. Te explicamos a detalle y paso a paso:
¿Qué son los gastos financieros en contabilidad?
Es probable que, al comenzar tu negocio, hayas tenido que recurrir a algún tipo de financiamiento. Esto es normal y muy positivo. Sin embargo, es importante que sepas que pedir un préstamo o usar servicios financieros conlleva ciertos costos que, en contabilidad, se conocen como gastos financieros. Estos costos incluyen intereses sobre préstamos, comisiones bancarias, y otros cargos relacionados con la obtención y gestión de deudas. Mes a mes, estos gastos impactan el estado de resultados de tu empresa, ya que se restan de sus ingresos totales para determinar las ganancias o pérdidas durante el período contable.
Algunos ejemplos de gastos financieros
Intereses sobre préstamos
Entre los ejemplos de gastos financieros, este es el más común. Cuando solicitas un préstamo, acuerdas pagar una tarifa llamada interés a la institución financiera que te lo proporciona, como compensación por el uso de su dinero. Esta tarifa suele ser un porcentaje del monto total que te prestaron, aunque cómo se calcula exactamente dependerá del acuerdo específico que hayas negociado con tu banco. Existen dos tipos principales de interés: el interés simple y el interés compuesto.
- Interés simple: Se calcula únicamente sobre el monto original del préstamo. Por ejemplo, si obtuviste un préstamo de $10,000 con una tasa de interés simple del 5% anual, pagarías $500 de intereses por año.
- Interés compuesto: Se calcula sobre el monto original del préstamo más los intereses acumulados hasta la fecha. Eso significa que los intereses se calculan periódicamente y se añaden al principal. Aunque podría resultar en una deuda más grande, el interés compuesto permite posponer el pago de los intereses acumulados, lo que podría ser muy útil si esperas que tus ingresos aumenten en el futuro o si estás utilizando el dinero en una inversión que promete buenos rendimientos.
Intereses sobre bonos
Los bonos también implican costos en contabilidad. Estos son instrumentos de deuda emitidos por empresas o entidades gubernamentales, que tienen tasas de interés fijas o variables. Dependiendo del tipo de bono, estas tasas deben pagarse de forma periódica, ya sea semestral o anualmente. Normalmente, la tasa de interés se calcula multiplicando el valor nominal del bono por la tasa de interés acordada y la fracción del año en la que se acumulan los intereses. Los bonos suelen ser atractivos para los inversionistas porque ofrecen ingresos regulares y predecibles. Por lo tanto, son considerados como una inversión estable y de bajo riesgo, especialmente en comparación con otros instrumentos financieros más volátiles.
Comisiones y tarifas bancarias
Para mantener las operaciones de tu negocio en funcionamiento, necesitas realizar acciones como transferencias electrónicas, emitir cheques y mantener cuentas bancarias. Frecuentemente, los bancos y otras instituciones financieras cobran tarifas por estos servicios. Aunque generalmente no son muy elevadas, estas comisiones y tarifas bancarias implican salidas de efectivo que reducen el saldo disponible en las cuentas de tu empresa. Es importante destacar que el monto de las comisiones puede variar según el tipo y la frecuencia de los servicios que tu empresa utilice. Algunas tarifas son fijas, mientras que otras dependen del volumen de transacciones o de la complejidad de los servicios solicitados.
Descuentos por pronto pago a proveedores
Aunque la palabra «descuento» se sienta muy distinta a la palabra «gasto», cuando pagas a tus proveedores antes del vencimiento de tus facturas para obtener un descuento, estás utilizando tus recursos financieros de manera anticipada. Esto implica un costo de oportunidad, ya que esos fondos podrían haberse destinado a otras inversiones o necesidades operativas. Además, al pagar anticipadamente, incluso para obtener un descuento, estás proporcionando financiamiento indirecto a tu proveedor. Si encima utilizas crédito para realizar estos pagos anticipados, los intereses sobre esa deuda también se considerarán gastos financieros.
¿Cómo saber si un gasto financiero es un activo o pasivo para tu empresa?
Para determinar qué gastos financieros son esenciales y cuáles son dispensables, y así gestionar tus recursos de manera más eficiente, es crucial distinguir entre activos y pasivos. Los gastos financieros activos están directamente ligados a la adquisición, construcción o mejora de activos que eventualmente generarán beneficios económicos para tu empresa. En contraste, los gastos financieros pasivos se relacionan únicamente con la financiación corriente o el mantenimiento de operaciones habituales, sin contribuir al crecimiento a largo plazo. En resumen, los gastos financieros activos prometen rendimientos positivos, mientras que los pasivos mantienen las operaciones en el estado actual.
¿Qué los hace diferentes de un gasto no financiero?
Más allá de los gastos financieros relacionados con préstamos y financiamientos, tu empresa también tiene gastos diarios para mantener sus operaciones. Estos podrían incluir materia prima, transporte, marketing y ventas, dependiendo del tipo de negocio. En términos simples, los gastos no financieros son aquellos que no están vinculados a la obtención de fondos de ninguna entidad externa, sino que son resultado de lo que necesita tu empresa para mantenerse en movimiento y crecimiento.
¿Por qué es importante gestionar los gastos financieros?
Es crucial administrar eficazmente los gastos financieros de tu empresa, incluso si obtienes buenas tasas de interés y evitas grandes comisiones bancarias. A largo plazo, estos pequeños gastos pueden tener un impacto sustancial en la rentabilidad, liquidez y estabilidad de tu negocio, de manera similar a los gastos hormiga. Restringir el flujo de efectivo puede dejar a tu empresa vulnerable ante imprevistos y reducir su capacidad para reinvertir en operaciones o expansiones que podrían impulsar su crecimiento. Por lo tanto, una gestión cuidadosa de los gastos financieros no solo optimiza la salud financiera actual de tu empresa, sino que también fortalece su capacidad para enfrentar desafíos futuros y aprovechar oportunidades de crecimiento.
Para lograr esto, es fundamental evaluar tu situación financiera actual y clasificar todos tus gastos entre activos y pasivos. Establece metas financieras claras que guíen tus decisiones y negociaciones con proveedores financieros. Revisa las condiciones de préstamos y líneas de crédito para asegurarte de obtener las mejores tasas de interés posibles. Identifica y elimina gastos innecesarios mediante el uso de tecnologías de automatización para un control minucioso de tus finanzas.
Además, considera el uso estratégico de tarjetas de crédito que no cobran anualidad y ofrecen flexibilidad en los pagos, siempre asegurándote de utilizarlas de manera responsable para maximizar sus beneficios para tu negocio.
Aprender a gestionar estos recursos financieros de manera efectiva te permitirá no solo mantener la estabilidad financiera, sino también impulsar el crecimiento sostenido y la prosperidad a largo plazo de tu empresa.
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